El psicólogo Thomas W. Phelan diferencia dos tipos de comportamiento a los que debemos afrontar y enfrentarnos de modos muy diferentes.
Para Phelan, los comportamientos intolerables hacen referencia a aquellos comportamientos negativos que van desde hechos «moderadamente irritantes a insoportables». Lloriqueos, irreverencias, discusiones, peleas, gritos, etc.
Los comportamientos deseables incluyen actividades positivas como ordenar la habitación, salir a pasear, leer un libro, llamar a los amigos, etc.
Para los primeros debemos ser rigurosos e inflexibles, aplicando las técnicas que mencionamos en la entrada sobre los brotes de ira.
Para los comportamientos deseables debemos centrar nuestros esfuerzos en motivar: utilizar el elogio, las peticiones simples, un sistema de premios,… Por ejemplo: no podemos enfadarnos porque el abuelo no quiera llamar a sus amigos. Tenemos que convencerle, persuadirle, animarle… para que lo haga.