La adaptación del baño es fundamental para vivir con comodidad junto al abuelo.
Ya comenté en una entrada anterior que, si es posible, debería haber un baño exclusivamente para el abuelo. Pero como todos sabemos lo mal que vamos de espacio y pelas, vamos a intentar buscar pequeños trucos para que nos sea lo más útil posible.
El primer elemento es el orden. Todos los utensilios del abuelo deben estar perfectamente ordenados y colocados y siempre en su sitio habitual. Así nos evitamos muchos dolores de cabeza y discusiones. Debemos recurrir al sin fin de soluciones de almacenaje que existen en el mercado para procurar no amontonar los utensilios.
El segundo elemento es lo desechable. Maquinillas desechables, toallas húmedas, bastoncitos de los oídos, gasas, esponjas jabonosas… Lo desechable, aunque si bien es cierto que es más caro, es más limpio y nos previene de posibles infecciones. También es más adaptable a la fisiología del abuelo.
En tercer lugar, la movilidad. Ampliar el tamaño de las puertas. Las barras de sujeción para la ducha o el water. Eliminar todos los obstáculos posibles: cestos de la ropa, básculas… Sustituir bañeras por platos de ducha. Si el presupuesto lo permite, tratar el suelo o aplicar suelos especiales que no resbalan.
En cuarto lugar, tecnología al servicio del aseo personal. Juegos y paredes de ducha que permiten limpiar todo el cuerpo sin necesidad de tener que coger el flexo con la mano. Surtidores de agua dentro del water para el aseo más personal. Para personas con gran discapacidad existen bañeras con soportes interiores que se adaptan a la grúa. Son de precio elevado y necesitan de un baño muy amplio; pero están ahí.
